Después de una cirugía como la liposucción o la abdominoplastia, la recuperación es tan importante como el procedimiento mismo para lograr resultados seguros y satisfactorios. Uno de los elementos más recomendados por los cirujanos plásticos en esta etapa es el uso de la faja postoperatoria. Pero, ¿para qué sirve realmente y por qué es clave en el proceso de cicatrización?
La faja no es un accesorio estético, sino una herramienta médica diseñada para favorecer la recuperación de los tejidos tras una cirugía. Su compresión controlada ayuda a moldear la zona intervenida, controlar la inflamación y mejorar el confort del paciente.
Tras una liposucción o abdominoplastia es normal que los tejidos se inflamen. La faja ejerce una presión uniforme que ayuda a disminuir esa inflamación y a drenar los líquidos retenidos.
La compresión favorece que la piel se adhiera de manera uniforme a los tejidos subyacentes, evitando irregularidades o pliegues, y mejorando el contorno corporal.
El uso constante de la faja reduce el riesgo de acumulación de líquidos (seromas) o de sangrados internos (hematomas), complicaciones frecuentes si no se mantiene una compresión adecuada.
Durante los primeros días después de la cirugía, la faja brinda soporte a la zona operada, lo que permite que el paciente se mueva con mayor confianza y menos molestias.
Al mantener los tejidos firmes y estables, la faja contribuye a que las cicatrices evolucionen mejor y los resultados finales sean más armónicos.
La recomendación puede variar según la técnica utilizada y las características de cada paciente. Sin embargo, de manera general se aconseja utilizarla:
Una preocupación común de los pacientes es el dolor postoperatorio. Gracias a los avances médicos, hoy existen herramientas innovadoras que hacen el proceso mucho más llevadero. Un ejemplo es la bomba de dolor, un dispositivo que administra de forma continua anestesia local directamente en la zona intervenida, lo que ayuda a controlar las molestias durante los primeros días.
El uso de la bomba de dolor junto con la faja postoperatoria no solo brinda comodidad y calma al paciente, sino que también permite que se recupere de manera más tranquila y con menor ansiedad, optimizando así la experiencia postquirúrgica.
La faja postoperatoria después de una liposucción o abdominoplastia es fundamental para optimizar los resultados, acelerar la recuperación y reducir riesgos. No se trata de un complemento opcional, sino de una parte integral del proceso de cuidado postquirúrgico.
Si tienes más inquietudes sobre los procedimientos de contorno corporal, te espero en mi consultorio en Bogotá para una consulta de valoración.
Descubre más testimonios y comienza a vivir una experiencia transformadora con una consulta de valoración.